jueves, 31 de enero de 2013

VIVIR PIDIENDO PERDÓN




Una de las formas más devastadoras para anular nuestra personalidad es andar por la vida pidiendo perdón a cada momento.

Perdón porque nos equivocamos, perdón porque no somos lo que los demás quieren, perdón por amar, perdón por llorar, perdón por estar con exceso de peso, perdón por cuidarnos, perdón por el perdón mismo.

Cuando vivimos nuestra vida con el perdón en la boca, lo único que estamos haciendo es tener una excusa a flor de piel; una justificación por lo que no alcanzamos, y nos quedamos carentes de poder personal; porque no asumimos nuestro compromiso con la vida que tenemos.

¿Por qué pedir perdón sólo por pensar diferente? ¿Por qué pedir perdón por expresar nuestras emociones?

Vivir pidiendo perdón es vivir negándonos el derecho de ser quienes somos. Es priorizar el ser de los demás en detrimento del propio; es rechazarnos sistemáticamente.

Y muchas veces es sólo una defensa para seguir haciendo lo mismo, una y otra vez.

¿Por qué pides perdón? ¿Por qué no aceptas quién eres?

¿Deberías ser lo que los demás dicen? ¿Para qué?

Las mujeres que cotidianamente piden perdón, lo hacen desde su desvalorización, desde sus creencias limitantes que le enseñan a que sus derechos no son importantes, y que entre elegir a otros o así misma es de buena educación, elegir al otro.

Sin embargo, esta postura sólo nos retrotrae y angustia; nos hace descender en la escala de logros personales, y nos convertimos en dependientes oficiales.

¿Para qué pedir perdón? ¿Para qué andar por la vida pidiendo ser excusadas? ¿Por qué creemos que lo que hacemos o somos requiere una excepción?

¿Qué logramos con todo esto? ¿Reconocimiento? ¿Que nos digan que somos buenas? ¿Qué nos aprueben? ¿Qué no dejen de querernos?

Sea por lo que sea que lo hagas, la única perjudicada eres tú; por eso cada vez que lo hagas, repite con amor “cancelado” y aprende a valorar el maravilloso ser que hay en ti.

Tú tienes luz, inmensa y brillante; sólo debes aprender a mirarla, y no a temerla.

miércoles, 23 de enero de 2013

MI PASADO NO SERA MI FUTURO




El pasado no tiene porqué repetirse, no si aprendemos de lo sucedido y actuamos con la sabiduría que nos da la experiencia.

Puede que en el pasado nos rompiesen el corazón, nuestras relaciones no resultasen, no supiésemos mantener la llama del amor o anos dejásemos llevar por engaños…

Pero el pasado ahí debe quedar, sólo como lección de vida. Es ahora, en el presente, cuando tenemos la posibilidad de actuar sabiamente para un futuro mejor. Hagámoslo.

Nuestras vidas dependen de como queramos vivirlas, de como y qué queramos construir en el presente, pues el presente es lo que le da forma a nuestro futuro.

Todas nosotras en algún momento hemos sufrido de un desamor o la separación de nuestra pareja, pero eso no nos impide seguir adelante con nuestra vida. Debemos mirar hacia el futuro y no mirar hacia atrás, pues el pasado hay que dejarlo donde pertenece, por eso es pasado.

Muchas de nosotras insistimos en arrastrar al presente nuestro pasado y eso nos impide volver a ser felices. Debemos darnos la oportunidad de empezar nuevamente, construyendo sobre una base firme.

De cada una de nosotras depende como queramos vivir nuestra vida en el futuro, por eso es conveniente realizar un proyecto de vida antes de empezar una nueva relación… La vida siempre nos da oportunidades de aprender de los errores, de nosotras mismas depende sacar lecciones de cada relación que vivamos, incluso de las que han resultado ser malas.

Como todo ser humano, cometemos errores, por eso debemos tomarnos un tiempo para reflexionar en todo lo bueno y lo malo que cometimos durante la relación, pues la mayoría de las veces es más fácil echarle la culpa a nuestra pareja antes que aceptar nuestros propios errores.

Pero ¿qué es lo que pasa si no aprendemos de nuestros errores? Que volveríamos a cometerlos en una nueva relación y volveríamos a fracasar, pues aunque suene fea esa palabra, cuando no funciona una relación por cualquier motivo es un “fracaso” del que de nosotras mismas depende que se convierta en experiencia.

Por eso cuando una relación empieza a fallar, debemos de tomarnos un momento para reflexionar y así tratar de evitar una ruptura, pero una vez que ya terminó una relación no podemos quedarnos sentadas a lamentarnos lo que pudo ser y ya no es…

Solamente queda aprender para que podamos adquirir experiencia y así mirar hacia el futuro y caminar con paso firme sin rencor o resentimiento, pues eso no nos permitirá darnos la oportunidad de ser felices nuevamente.

martes, 15 de enero de 2013

" YO SOY ESTA MUJER "




Yo soy la mujer que confía en si misma, la que protege su interior, la que cada día aprende a amarse más, la que se hace grande, libre, aventurera y fuerte…

Yo soy la mujer que quiero ser.
Tú puedes ser la mujer que desees ser. Para lograrlo sólo necesitas empezar por lo más básico: amarte a ti misma.

Soy una mujer y quiero expresar lo que siento cuando me miro al espero, únete a mí y hazlo conmigo, sólo hay que tener fe en si mismas y saber que lo miras en tu espejo eres tú, mujer.

Soy el refugio perfecto del fuego interior, mi cuerpo es un móvil de vida.
Porque soy bella y me amo, visto de colores para renacer cada día.
Soy grande cuando estiro mis brazos para alcanzar el cielo o abrazar el mundo.
Soy libre cuando mis cabellos sueltos se revuelven al azar con el viento.
Soy aventurera cuando mis pasos se hacen largos apoyando toda la planta del pie y llevándome a la cima de las colinas.
Soy fuerte cuando mi cuerpo resiste en pie ante la adversidad, el dolor y la enfermedad.
Soy frágil cuando excedo sus límites tras un “todo o nada”.
Soy espejo de mi tristeza cuando se contrae dolorosamente sobre si mismo.
Soy reflejo natural de cantidad de cuidado, cariño, educación y uso que le doy cada día.
Soy mujer que palpita y se excita con el mundo irradiando o replegando su brillo interior.
Soy cuerpo apasionado que sonríe, ama, danza, se estremece, se asombra y se conduele con otros y consigo mismo, soy voz cuando de mi boca emana en forma de palabras el fuerte latido de mi corazón.
Soy perla fina con un soplo de vida cuando mis ojos se posan más allá del horizonte o en el centro de una flor al tiempo que mis manos crean sin parar o capturan el sol entre los dedos.
Soy toda esa mujer que puedo describir, me amo más que nada, porque sólo así, amaré a todo lo que me rodea.

viernes, 4 de enero de 2013

¿ QUE SUCEDE CUANDO TE QUEDAS CALLADA ?




Hay una máxima en la comunicación que establece que “es imposible no comunicar”.

Por mucho que nos quedemos calladas, siempre estamos diciendo algo. El silencio habla, nuestra vergüenza habla, nuestros gestos corporales y rostro habla… y a veces no dice lo que realmente sentimos. ¿Por qué callar? ¿Por qué no decir lo que sentimos y creemos?

Una manifestación muy común de cuando decimos algo sin haberlo dicho con palabras son las enfermedades, físicas o emocionales.

Entre las emocionales, la más frecuente es la depresión,  un estado de desinterés por todo lo que hacíamos,una ausencia de proyectos,  una falta de sentido: ¿Para qué vivir?

Uno de los signos que se vinculan con el estereotipo es “la cama y el abrigo”, sin embargo; no todas las mujeres que padecen de depresión se tiran en la cama y se tapan hasta los ojos; ni comen en exceso chocolates o miran películas y lloran. Cada cuerpo y cada mente es un mundo. Hay quienes padecen depresión y se encuentran muy activas; se quejan de la falta de energía, o dolores de cabeza o espalda, pero siguen de pie; otras en cambio se lanzan al refugio de las sábanas y lloran.

Sea como sea la manifestación de esta “carencia de alegría interna”, lo que es evidente que nuestro ser está a los gritos diciéndole al mundo un mensaje. Y estar abiertas a escuchar lo que nuestro ser está diciendo, será  la diferencia entre salir o quedarnos en el mismo estado.

Síntomas que pueden revelar depresión:

Cansancio crónico
Tristeza
Distorsión de la realidad
Alteraciones en el sueño: exceso o falta
Falta o exceso de apetito
Desinterés general
Descuido personal
Angustia
Irritabilidad
Tendencia al aislamiento
Estas son sólo algunas de los síntomas con las que solemos exteriorizar nuestro malestar emocional.

¿Por qué callarnos nos pone tan mal?

El exceso de estrés depende de cada persona; de las expectativas, la tolerancia a la frustración, y la capacidad de actuar con honestidad emocional.

Si estás con problemas de pareja o en el trabajo y sueles callarte lo que sientes, si no sueles conectarte con tus emociones, o no te haces cargo de lo que sientes; es posible que con el tiempo, todas esas emociones tóxicas guardadas debajo de la alfombra, exploten.

Como te lo decía anteriormente, van a decir lo que tú quieres callar, y buscarán cualquier medio. Las emociones son para ser vividas, no reprimidas. No se pueden guardar por un tiempo prolongado, ellas siempre estarán dispuestas a encontrar una forma de decir ¡BASTA!

La sociedad como fuente de represión:

Socialmente se nos ha indicado que determinadas emociones se ven más bonitas si se reprimen. Una mujer montada en cólera, o sintiendo ira es poco femenina; es mejor estar triste. No confrontar en público si tu pareja “comete un atropello”; disimular el llanto porque la sensiblería es muestra de debilidad; y evitar mostrar las heridas porque es vulnerabilidad.

Las mujeres de alguna u otra forma, somos seres que deberíamos estar y ser bonitas y alegres todos los días independientemente de lo que nos suceda. Pero esto es una pretensión absurda, aunque en rigor de verdad, existen muchas mujeres que sí practican esta demencia cultural.

No pretendo que estemos a los gritos y como locas por la calle o en público; pero sí  que internalicemos, que nosotras al igual que los hombres tenemos emociones, y debemos decirlas en el momento que nos ocurran.

Ventajas de decir lo que nos sucede

Si te atreves a decir lo que te está sucediendo, encontrarás mucha paz al final del discurso; sentirás más armonía, no tendrás necesidad de ser una bomba de tiempo, y te aumentarás tu confianza personal.

Reducirás el estrés
Sentirás mayor energía
Estarás abierta a la creatividad
Te enfermarás menos
Aprenderás a escuchar tu voz interna
Tu rostro lucirá más pleno y armonioso
Tus movimientos tendrán más fluidez
Dejarás de comer, fumar, o tomar en exceso
Descansarás
Vivirás con pasión
¿Te animas?