lunes, 3 de mayo de 2010

LA MUJER: ESCLAVITUD SOCIAL, ESCLAVITUD HEREDADA



Una discusión con una amiga me hizo recordar este tema que siempre he defendido, y por lo controvertido del asunto muy criticada mi opinión, pero que una vez más defenderé e intentaré plasmar lo más correctamente posible.

Vivimos en una sociedad machista, eso lo sabemos todos, siempre ha sido así y mucho les ha costado a las mujeres que el cambio empezara a producirse... pero con muchas trabas se han encontrado (Y aún les queda camino) para lograr el propósito totalmente aceptable de una igualdad legal entre hombres y mujeres. Pero una de las trabas que yo veo es bastante grave: las propias mujeres.

Demasiados años de cultura machista han creado mujeres que aceptan como válida esta cultura, mujeres que inculcan estos valores a sus hijas, creando a su vez mujeres con pensamientos erróneos heredados, que heredan esclavitud.

Una mujer que acepta malos tratos, tanto psicológicos como físicos, no busca la igualdad, busca la protección. La protección que debiera encontrar en un marido que dice quererla mientras la trata como basura, un marido que esa mujer no ve, sólo oye, y cuando los oídos mandan y los ojos no ven, sólo nos queda rezar por no verla morir.

Soy muy extremista, pues hay casos mucho más cotidianos (aunque por desgracia éstos están también a la orden del día), como el que me trajo a la mente este tema: Una mujer que tiene pareja, y que le admite lo que sea por verlo feliz. Esta mujer no se preocupa de ser feliz ella, pues en su código está satisfacerlo a él ante cualquier circunstancia.Yo cometo una imprudencia incontables veces, culpa de una empatía exagerada y una defensa exacerbada de los derechos del ser humano, que es creer que sacar de la ignorancia autoinfligida a una persona, abrirle los ojos, en definitiva, para que observe al resto del mundo, es algo sencillo y totalmente necesario y beneficioso para todos, y caigo en un increíble error. El error del que hablo es que no sólo no logro mi objetivo la mayoría de las veces, sino que consigo que esa mujer se sienta atacada en sus valores más profundos y se rebele contra mis consejos, cercando más si cabe su círculo de ideales en torno al problema, nublando hasta límites insospechados su ya de por sí subjetiva visión de la realidad.

Pido disculpas a todas aquellas personas que al leer esto se sientan ofendidas, sólo es una opinión y como cualquier opinión tiene muy poca objetividad, y casi nunca la total aceptación por parte de los lectores, pero quería expresar mi opinión, sobretodo porque me subyugaba el corazón... Un saludo.

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