martes, 19 de febrero de 2013

¿ AMARGADA YO ? ! NO DE NINGUNA MANERA !..





Algunas mujeres no necesitan mucho para ser felices; son de esencia alegre y tienen una sonrisa que enamora con sólo verlas…

Pero también hay mujeres que viven encerradas en sí mismas, siempre serias, con comentarios negativos, quejas y tristezas…

Podríamos llamarlas “mujeres amargadas”. No seas una de ellas, no merece la pena. Eres mujer, eres valiosa y no tienes porqué vivir pensando en cosas negativas, eso te hace mal.

Cuando conocemos a una mujer amargada, solemos comentar que es así porque no tiene amor en su vida, pero lo cierto es que pueden haber muchas más razones para estar amargadas: por un desamor, una vida que no fue del todo productiva, planes de vida destrozados, no sentirse bella… ¡Hay incontables motivos por los que se pueda estar viviendo con un constante sentimiento negativo!

Las mujeres amargadas consiguen que nadie se les acerque, pues su carácter ahuyenta a los amigos. Es agotador tratar con personas así: te desgastan, contagian desánimo, pesimismo y logran que todo parezca negativo. Por ello, cuando conoces  a alguien así, intentas estar lo menos posible a su lado, pues aunque intentes ayudarle, a ti también te hace mal. Y por su parte, la mujer llena de resentimientos y sentimientos negativos que gobiernan su vida, también tiende a arrinconarse y a no aceptar a los demás.

¿Eres tú, una “mujer amargada”?

Si piensas que podrías ser una “mujer amargada”, te invito a preguntarte el porqué de esa actitud tan negativa. ¿Acaso no es motivo suficiente para ser feliz el poder contemplar la belleza que Dios nos ha regalado y que encontramos a nuestro paso? ¿No te basta con ser mujer, con haber nacido mujer? ¡No tienes idea de lo maravilloso que es el ser mujer! Eres mujer, el tesoro bendito que Dios dejó en la tierra para guiar, amar y dar vida a un ser.

La mujer debe ser fuerte, segura, hermosa y sentirse plena desde el amanecer hasta el anochecer. Necesita vivir la vida de forma completa y salir al mundo para enseñar y enseñarse que es feliz. Necesita conocer el amor, saberse y sentirse viva, disfrutar la plenitud de sus años y envolverse de magia y ternura para así desechar toda esa amargura que le sale por los ojos y por los poros de la piel…

Deja esa amargura atrás. Ponte unas alas hermosas y vuela… vuela libre por el mundo. Deja que el aire refresque tu piel. Cierra tus ojos y dí: “soy mujer, soy fuerte y segura…¡y sé amar!”

No hay nada más hermoso que sentirte libre y mostrarte al mundo tal como eres: una impresionante y hermosa mujer, que con tan solo sonreír hace sonreír a los demás.

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