lunes, 8 de diciembre de 2014
MALTRATADOR Y VICTIMA
A continuación daremos los perfiles psicológicos de las dos personas involucradas en una relación de maltrato (Violencia machista). Debemos partir de la siguiente base:
Para que este tipo de situaciones perduren durante muchos años, se debe a que ambas partes (maltratador y víctima) funcionan de manera patológica, de otra forma no podría entenderse el aguante de la mujer maltratada durante tanto tiempo.
Perfil del agresor, maltratador, abusador, macho o similares:
Muy dependiente
El agresor es una persona muy dependiente a nivel emocional, lo que le diferencia de su víctima, es que utilizará su carácter agresivo para mostrar esa dependencia.
Confiado y altivo
Aparecerá altivo, seguro de sí mismo, confiado con la pareja, seguro del no abandono; en contraposición con su pareja necesitará la humillación y la sumisión del otro para estar contento ya que así no peligra su situación de poder. Con lo cuál ambas partes se compaginan muy bien.
Cada uno le da al otro lo que necesita para cubrir su necesidad de afecto, el problema es que se sobrepasan los límites y se llega al maltrato físico y psicológico.
Sentimientos contradictorios
A menudo tienen sentimientos diferentes hacia la pareja, la necesitan y la quieren pero sienten hostilidad hacia ella como forma de canalizar sus carencias de tiempos atrás (infancia, adolescencia).
Son afectos positivos y negativos que ayudan a odiar a la pareja, pero a necesitarla siempre a su lado y con él.
Celosos
Suelen aparecer los celos patológicos sin fundamento, también acosan, humillan y controlan a la pareja en todo lo que hace como forma de camuflar su necesidad de dependencia y su baja autoestima.
Muchas carencias escondidas
Todo está camuflado debajo de una coraza de fortaleza, pero realmente es una personalidad patológica con muchas carencias y muy poca valoración sobre sí mismo, a menudo son incapaces de mostrar sentimientos hacia el resto de las personas y este embotamiento emocional les ayuda a actuar, unido muchas veces a alcoholismo o drogadicciones.
Por todos estos motivos, las rupturas con un maltratador son tan complicadas, pueden suplicar y mostrar sus debilidades o en el otro extremo vengarse de la pareja, aumenta su obsesión celosa y la necesidad de posesión, no aceptan la idea de que la otra persona rehaga su vida y deciden acabar con ella. Este es el motivo de tantas muertes al cabo del año.
Realmente el maltratador es una personalidad patológica sin conciencia del problema, puesto que a menudo se ve reforzada por la actitud de su compañera propensa a elegir este tipo de relaciones complicadas debido a sus debilidades.
De forma más específica, podemos advertir las siguientes manifestaciones emocionales en los sujetos agresores:
Utiliza la violencia con el fin de doblegar la voluntad de la víctima.
Los ejes en que basa los abusos domésticos vienen determinados por la edad y el género.
No es enfermo mental.
Selecciona a la víctima y escoge el lugar del ataque.
Tiene actitudes sexistas y creencias estereotipadas de las mujeres.
Ve amenazado permanentemente su poder en el ámbito familiar.
Impone el aislamiento social de su entorno familiar, como estrategia para romper la independencia y autoestima de su pareja. La imposición de aislamiento en no pocas ocasiones va más allá de lo psicológico y pasa a la inmovilidad física, dándose situaciones de secuestro en el propio hogar.
Critica constantemente con el ánimo de crear inseguridad y fomentar la dependencia.
No asume la responsabilidad de sus actos violentos ni considera el problema como propio.
Tiene una gran capacidad de persuasión. Con extraños utiliza la seducción para imponer sus criterios.
Racionaliza su conducta violenta, la justifica y minimiza.
Utiliza todo tipo de estrategias para lograr un único fin: que la mujer no se aleje o que vuelva a su lado.
Atribuye el problema a la propia conducta de la víctima, a la familia, el trabajo, la situación socioeconómica.
Representa una imagen social opuesta a la que tiene en el ámbito privado.
Fuera de casa puede ser educado, alegre, amable, seductor, solidario, atento, respetuoso.
Una de sus estrategias es la de convencer a la mujer de que no puede vivir sin él, cuando en realidad es él quien depende "funcionalmente" de ella.
Manipula a la compañera ejerciendo el control sobre los bienes materiales.
Utiliza las visitas a sus hijos para acercarse a su víctima y seguir maltratándola.
Tiende a manipular e intenta seducir a los profesionales con su juego de doble fachada.
Entiende su equilibrio emocional como control absoluto del otro.
Siempre pide una segunda oportunidad.
Esgrime los celos para invadir y controlar la vida de la mujer.
Tiene generalmente antecedentes de violencia en su familia de origen.
Repetirá su conducta violenta en las sucesivas relaciones que mantenga con otras mujeres.
Enseguida enlazo un video, donde se explican detalladamente, en base a la película "Te doy mis ojos", las características de este tipo de hombres manipuladores y violentos.
Por cierto, esta película es altamente recomendable para conocer los increíbles alcances de una relación violenta, y donde podemos apreciar de forma clara, la patología en la relación de la pareja. En otra entrada hablaremos de ésta y otras películas que abordan, fielmente, esta problemática social.
Perfil de la víctima:
En primer lugar, la autoestima y el valor que estas personas se dan a sí mismas es muy bajo, y nada tienen que ver con su nivel intelectual. Ya sea una mujer de clase alta como una más humilde, el maltrato aparece de la misma manera y ocasiona en las mujeres efectos comunes.
Ausencia de cariño y afecto
Realmente, el hecho de tener alguien con quien compartir sus vidas, las convierte en muy dependientes de esta relación y es un factor que ayuda a la perpetuación del problema.
Poco valoradas
También aparece en ellas un concepto de sí mismas muy pobre, no desarrollando sus potenciales en otras áreas, ya que se quedan aisladas en la casa; algunas bien situadas y con trabajos estables si consiguen valorarse a sí mismas por los logros en el trabajo, aunque las demás áreas se vean afectadas. Tengamos en cuenta que una víctima de maltrato poco a poco se encuentra más aislada de su entorno social y sus relaciones interpersonales disminuyen desde el principio, pues el maltratador se encarga de inculcar miedo para que no pueda comunicarse con nadie.
Falso concepto de la pareja
Otro frente importante de problemas para la víctima está en su razonamiento sobre las relaciones interpersonales, lo que significan para ella y sobre todo a nivel de pareja. Ésta mujer va a tener muchos déficit o muchos pensamientos erróneos que también van a ayudar a que se mantenga pasiva ante el problema.
Suelen elegir a personas que aparentan seguridad en sí mismas, lo cuál se contrapone a su propia personalidad y por ello aprenden en un primer momento de la relación a idolatrarlas. Se produce una ilusión ante la relación que es un engaño, ya que nada es tan bueno. Su necesidad de protección las lleva a buscar a este tipo de personas, realmente, más tarde esto se vuelve en su contra.
Los demás importan más que uno mismo
Debido a su necesidad de afecto y de valoración por parte de los demás, se dedican a dejar de lado sus necesidades y a cubrir las de su pareja, con el fin de no ser abandonadas y de ser queridas para siempre. Es una dedicación absoluta que demuestra su dependencia emocional. Llamadas a todas horas, necesidad de estar juntos en cada momento, preocupación excesiva por todas sus cosas; todo esto es el caldo de cultivo que ayuda al maltratador a empezar a actuar.
Sabe cuales son los puntos débiles de su pareja y la atacará por ahí. Por eso son habituales las críticas, los resentimientos, las culpabilidades, etc. La víctima acaba por creerlo todo y se hunde en un pozo sin salida.
Miedo a la soledad
También aparece un miedo a la ruptura y a la soledad cuando todo acaba , de tal manera que esto les ayuda a mantener la relación.
Por otro lado, cuando termina se encuentran perdidas y por ello a veces vuelven a perdonar al agresor o a citarse con él de vez en cuando bajo la idea de que no volverán a engancharse. Cuando lo lógico sería no querer volver a verles nunca más.
Dependencia económica
La mayoría de las mujeres dependen de sus parejas para sobrevivir en el plano económico. Ellos, en su afán por someterlas, utilizarán la violencia psicológica haciéndolas sentir inútiles, feas, inseguras, sembrando en ellas la idea de que nunca podrán ser autosuficientes. El miedo a esa "realidad", hace que ellas acepten tener una vida "protegida" y sin poner en riesgo su "estabilidad" ni la de sus hijos.
Este tipo de incoherencias de pensamiento son muy habituales y forman parte del trastorno emocional en el que se hayan sumergidas.
Su curación debe ir encaminada a desmontar sus errores referentes a la relación de pareja, a reforzar su autoestima y a tomar las riendas de sus vidas.
La ansiedad y la depresión son síntomas típicos. Se encuentran tristes y abatidas, por ello se muestran a menudo pasivas ante el problemas e indefensas. Sus pensamientos erróneos las hacen dar muchas vueltas sobre las consecuencias de la ruptura , de estar solas, miedo a enfrentarse a un trabajo, a dejar a los hijos sin padre (un tipo violento y peligroso), entre otros
A menudo son mujeres con un historial muy pobre de cariño y afecto. Procedentes de familias en las que se han valorado otras cosas, están acostumbradas a ser poco valoradas por el entorno o a que no se les preste atención. Pueden aceptar ese trato como parte habitual en sus relaciones y no se quejan hasta que es demasiado tarde.
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