sábado, 11 de agosto de 2012

¿ QUIEN ERA YO ANTES DE TI ?



¿Quien eras tú antes de estar con el hombre que compartes tu vida? ¿Cómo eras? ¿Tenerle te ha ayudado a ganar confianza en ti misma para emprender los proyectos y sueños que tenías? ¿O has sacrificado tu propia forma de ser para adaptarte a él?
Preguntas así debieras hacernos, no para deprimirnos y amargarnos, sino para motivarnos a cambiar, mejorar y progresar como mujeres valiosas que somos.
Ella llora desesperadamente, pues él no ha regresado a dormir. Hace meses que llega tarde y en silencio. Las miradas cómplices se perdieron hace más de una estación, ya es otoño y todo se recubre de una nostalgia particular. ¿Dónde ha quedado el amor que me tenía? –se pregunta mientras saborea una taza de café negro- ¿Saborear? -Ya no saborea nada, no logra disfrutar de ningún sabor ni olor, ni de ningún momento de la vida cotidiana, ni mucho menos de la idealista. Esa es demasiado gloriosa en relación a la real, revivirla sólo hace estragos en el alma herida. ¿Quién era yo antes de ti? –Se pregunta- ¿Quién?
¿Te has sentido extraviada dentro de una relación amorosa? ¿Se borraron los límites de tu persona para fundirte en la persona amada? ¿Te ha sucedido que aprendiste su deporte favorito, leíste sus libros y te adentrarte en sus gustos culinarios?  ¿De ser tan como esa persona que empiezas a olvidarte de cómo eras tú misma?
A veces crees que eso es el amor: la entrega total y sin garantías; quiero decir, que para amar hay que darse al todo o nada; mas sin embargo, ¿crees que es sano emocionalmente?, ¿crees que de verdad debes darte a todo o nada, sin guardarte algo para ti?
El amor es una fuerza única y maravillosa, que nos vincula, que nos transforma, pero léase bien que hablo de un “nos” es decir un nosotros, y para que esa fórmula existe; debe previamente haber un YO + un TU, bien constituidos ambos, que al fusionarse conformen un NOSOTROS poderoso.
¿Quién eras antes de entrar en esta relación?
¿Una mujer con sueños? ¿Activa? ¿Alegre? ¿Coqueta? ¿Productiva?
Y ¿ahora? ¿Ahora eres más productiva, tienes otros grandes nuevos sueños?
Cuando las mujeres se preguntan en soledad “¿Quién era yo antes?” o están frente a un episodio que pone en alerta la relación, toman conciencia de que han “renunciado” en pos de una creencia absolutista, mucho de lo que la constituían.
Entiéndase bien, es sabido que siempre hay que ceder, pero ceder no significa “dejar de ser una misma” o “empezar a ser como el otro”. Ceder es estar dispuesta a las negociaciones, a los acuerdos y cumplirlos.
El amor no es un sacrificio, es un vuelo hacia un cielo transformador.

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