lunes, 31 de marzo de 2008

EL CORAZON Y EL AMOR...



Hasta el tenaz acero puede doblegarse.
Y hasta el espíritu más duro puede ceder ante una sonrisa.
Pero el corazón es algo especial.
Hay quienes se preguntan por qué ése y no otro órgano ha sido elegido
para representar el amor.
¡Y... la respuesta es tan obvia...!
Acaso...
¿No sentimos ante las emociones que sus latidos se aceleran y,
a veces, nos parece que hasta se quiere escapar de nuestro pecho?.
Acaso...
¿No sentimos ante la angustia la sensación de que una mano férrea nos lo
aprieta hasta casi paralizarlo?
Acaso...
¿Sentimos esas sensaciones en otro lado?.
No; sólo en el corazón.
Es el motor de nuestras emociones y alegrías.
Es el blanco de nuestras tristezas y sinsabores.
Y, fundamentalmente, es el que expresa y sufre el amor.
Nuestro cuerpo puede recuperarse de terribles heridas, puede
cicatrizarlas.
Pero de las heridas de amor...
¡quizás no nos recuperemos más!
Podremos, seguramente, andar sin una pierna;
pero dificilmente podremos seguir sin ese amor;
ese amor que perdimos.
El amor, entonces, es algo especial.
Porque puede determinar que nuestra vida tenga o no sentido...
porque puede hacernos perdurar en el tiempo.
Nuestro cuerpo se consume ante la muerte.

"El amor...el amor puede mantenernos vivos..."

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