Jamás te compares con nadie, ni a tu favor ni en contra; cada cual recibe de la vida lo que ha merecido y cosecha lo que ha sembrado. Oriéntate a lograr lo mejor de ti mismo y de tu vida; cada cual tiene una diferente misión para cumplir y lo que hace felices a unos puede ser la infelicidad para otros; concéntrate sólo en tus ventajas y beneficios. No te pongas triste, no te apures, no te angusties ni te deprimas por haber cometido algún error, tómalo positivamente y considéralo un aprendizaje, una importante lección. Lo grave no es equivocarse, lo delicado es seguir cometiendo el mismo error; analízate, búscate, piensa en donde estuvo tu equivocación e intenta remediarla; de esta manera cada error se convertirá en un paso adelante y en una lección aprovechada positivamente. Las personas a tu alrededor, tu familia, tus compañeros, tus amistades, clientes y conocidos, no te querrán más y no te recordarán mejor por lo que tienes, sino por ser quien ERES y por las cosas que haces y dices. Procura mejorar internamente y superarte en lo que haces por y para los demás; estas son las cosas que te merecerán prestigio, respeto y aceptación. Enfoca tus problemas, tus preocupaciones y tus angustias desde el punto de vista de lo que vos puedas hacer para superarlas y no desde lo que ellas pueden hacer para destruir y amargar tu vida. Indudablemente vos sos más, podes más y vales mucho más que lo que te preocupa; no te dediques a angustiarte, dedica tus mejores esfuerzos a las soluciones. Procura ser LA MEJOR PERSONA en lo que haces, procura la excelencia en lo que te ocupes, en tu trabajo, en tu estudio y en tus relaciones familiares, laborales y personales, sin importar qué es lo que haces; cualquier trabajo y cualquier actividad serán dignas y te proporcionarán crecimiento si procuras hacerlas lo mejor que te sea posible exigiéndote a ti mismo. Busca tu propio nivel de excelencia.
martes, 24 de febrero de 2009
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